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La tesis aborda las contribuciones teológicas en la segunda mitad del siglo XX sobre el trabajo y su protagonismo en la vida espiritual, de teólogos como Marie-Dominique Chenu, Gustave Thils y Stefan Wyszynski. También analiza el magisterio del Concilio Vaticano II, en particular la teología del trabajo de la “Gaudium et Spes” y las ideas sobre el particular de la encíclica “Laborem Exercens” de Juan Pablo II. Una parte sustantiva de la tesis se centra en las reflexiones de José Luis Illanes, un teólogo en cuyo pensamiento sobre el trabajo juega un papel central la espiritualidad del Opus Dei
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