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Tras una exposición breve de la vida de san Josemaría, del contexto histórico en que se redactó Camino y de la eclesiología contemporánea, se afirma que Josemaría Escrivá no ha valorado suficientemente la dimensión histórica de la Iglesia, la tensión entre lo humano y lo divino, y que la Iglesia es "comunión" y no sólo "institución". Con todo, el autor pone de manifiesto muchos aspectos positivos de la espiritualidad de Camino
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